(1) El decolonialismo parte de la consciencia de que la colonia implantó jerarquías a nivel político, económico, social, racial, religioso, de sexo y género, y sobre la forma en la que nos aproximamos al mundo y lo conocemos. Así, en dicha jerarquía, a quien se valida, y quien está a la cabeza, es el hombre blanco, heterosexual, europeo, cisgénero y cristiano. Es decir, la lógica de la colonia sigue vigente al dejar por fuera a cualquier persona o expresión que se salga de esa jerarquía y al imponer una idea de mundo en la modernidad colonial. El decolonialismo, entonces, busca oponerse y deconstruir esas jerarquías y permitir que se le dé voz a la otredad por fuera de esa lógica eurocentrista. Así mismo, el decolianialismo se opone a las formas de aprehender, conocer y abordar el mundo, propias de ese pensamiento colonial, y busca rescatar y proponer unas nuevas, olvidadas y diversas.