LIVING PERIFERIA
(English below)
¿Cuántas veces puede una persona enfrentarse a la muerte en su vida?¿Quizás una? ¿Dos? Cuatro? Las personas retratadas en Living Periferia viven con esto todos los días de sus vidas. La violencia, las drogas, las armas, las balas perdidas que cobran decenas de vidas cada año... Las peleas, las batallas con la policía. Algunos apenas escapan. Otros caen en la ley de la calle y para salvarlos del olvido sus amigos y familiares les dibujan enormes retratos en las paredes del barrio. Es un tributo póstumo a su valentía, a su manera de recordarlos como héroes locales.
Este ensayo se sumerge en un mundo olvidado, donde muchas veces ni siquiera se permite la entrada de carteros. Amplios guetos en los rincones más alejados de Santiago, es un mundo que va más allá de la pobreza.
Estas fotos son un rompecabezas personal sobre representaciones sociales fragmentadas. La mirada en estas imágenes refleja la crudeza de un mundo hostil e impactante a los ojos de quienes miran desde el otro lado de la calle.
Una sociedad dentro de la sociedad que tiene sus propios códigos y mecánicas que resultan inconcebibles para el resto del mundo. El orden dentro del caos donde solo el que grita más fuerte puede emerger, el que golpea más o el que dispara más rápido.
Juntando Sombras, Hacer Luz.
Es tan largo el tiempo de lo mismo. De lo mismo, de lo mismo… De ese peladero sin árboles que te rodea. Y que nos ha tenido sitiados, siglo tras siglo. Que me hierve la sed de día. Y la sed de noche. Un peladero detrás de otro. Varias vidas seguidas sin bosques, sin vegetación, sin césped, sin yerbas. ¡Tanto color de estepa urbana! ¡Tanto desierto lejano en la ciudad! Que te muerde toda la silueta, sin cesar. A cada paso...
La sequedad era tabaco. Era humo seco, gas, marihuana, cualquier cosa. Algo que fue aire para darle de comer a mis pulmones. Más de noche que de día. Más de sombra que de luz. Más de sociedad que de uno mismo. O de pura sociedad, que da igual. La sequedad vacía, retorcida en humo. Humo bronquial. Escozor de vida, a pleno pulmón.
¿Por qué no, si todo es cemento cuadrado, rectangular, duro, hecho de aristas y cantos de cuchillo? ¿Si cuando salgo piso latas, puchos olvidados, plásticos inmortales eternizando la calle, alimentos inútiles que no revivieron nada, ciudad aconchada en mis pies, maloliente y desechable?
¿Por qué no, si la luz me llega pálida y mezquina por entre los visillos? ¿Si el cielo de todos se carga de nubes, de carbonos y de smog? ¿Si la soledad me rodea a cada rato como camisa de fuerza, aun en el rincón más íntimo de mi propia casa?
Claro, está todo tan en penumbras que no sé a quién beso. Aquí no importa el quién. Si tú, o tú. Si él, si ella, si ella y él. Lo definitivo es besar. Mi beso, exclusivamente mío. Ése que me acompaña a todas partes, hipando mi propia sangre. Dando salida a mi propio cuerpo. Déjame besarte y vaciarte mi erotismo, como años de agua hambrienta. Sólo que apasionadamente: es mi único beso. Con él socializo mi única vida. Tiene fuerza. Tiene rabia. Tiene sentido de dominación. Siéntelo. Experiméntalo. Gózalo. No tengo otro: ámalo…
Pero toma en cuenta mis ojos: están ardiendo de brillos. Incluso, de brasas. O de lava. No sé bien, pero la mirada me quema desde adentro, antes de salir. Miro como un proyectil en las sombras. Mírame bien, y sabrás de mí. Cuídate de mis ojos…
Sé que no me ves bien. Sé que apenas vislumbras mis escorzos. Mis trazos ligeros desvaneciéndose en penumbras. Creo que apenas me adivinas. Hasta creerías que soy una aparición de alguna de tus más antiguas pesadillas. Pero es que no doy para fantasma. Sé que no te asusto: puedes borrarme cuando quieras. Pero, ojo: no tanto como todo eso. Es lo que te gustaría, si fueras rico, nítido y brillante. Pero existo. Soy. Y soy sombra con silueta, y por tanto, casi como tú. Te guste o no. Más aun: aunque no lo creas: soy joven. Sé jugar. Sé soñar, mirando por la ventana, en el fondo de las tinieblas, a la vuelta de la esquina. ¡Cuidado!... A veces, las sombras tienen más poder – con el paso de la historia – que la luz. Take care of yourself!…
La vida la llevo encima como un tatuaje. O, tal vez, como mochila. La tengo en la espalda, de modo que no puedo (no quiero) leerla. Y puedo, por lo mismo, no entenderla. Si tú puedes descifrarla, dímelo. Trataré de aprender de tus labios. Si es que sabes leer la vida de otros… Claro, si sé: sólo tu propia vida. Sólo la tuya. Y maldito los demás. Por eso, yo la instalé en mi espalda: no quiero leerla y entenderla. Invito a los interesados a entretenerse con mi trayecto: aprenderán de mí. Pero sepan que yo mismo voy hacia delante, sin mirar atrás. Voy caminando a ciegas, pero decidido hasta el fin. Y no me importa lo que digan: sé lo que piso.
Y sé, por ejemplo, que las flores me acompañan. Están sobre la mesa, delante de mis ojos, aquí o allá. Por dónde voy, en plena sombra, florece lo imposible. Así soy yo. Así somos los marginales, sacamos vida de la nada, como los magos… Conejo a conejo.
En todo caso, anoten bien: somos muchos. Más de lo que los gobiernos se imaginan. Más de lo que los ‘Cuerpos Especiales’ quisieran para vivir en paz. Muchos más. En verdad, somos más que ‘ellos’. Así que, aguanten hasta el final (de ustedes mismos).
Y no sólo somos muchos más… que ellos. No sólo atiborramos las sombras de la ciudad hasta reventarlas. No sólo nos esparcimos por los pasajes de la población y la ruta de las barras bravas y por las esquinas de los encapuchados y sobre las murallas vidriosas de la burguesía… También somos más que la sombra. Porque, en el claroscuro, somos sombra, pero también luz…
Con el smog hasta el cuello… de los pulmones. Con el pito asfixiando el alma y el futuro… Pero si quieren hacer de nosotros una verdadera denuncia, un testimonio real contra el Infierno… ¡no se olviden de nuestra luz! Porque, en el ‘día menos pensado’, vomitaremos luz. Por la boca, por el cerebro, por los ojos, por los puños, por cada poro de nuestra existencia. Seremos un desfile de truenos y relámpagos marchando por la ciudad…
Porque, en el fondo de la sombra se fragua, más acerada, la luz de la verdad…
Gabriel Salazar (Premio Nacional de Historia) Santiago, Chile.
LIVING PERIFERIA
How many times can a person face death in their lifetime? Maybe once? Twice? Four? Feel it, Smell it. The people portrayed in Living Periphery live with this every day of their lives. The violence, the drugs, the guns, the stray bullets that claim dozens of lives every year? The fights, the battles with the police. Some barely escape. Others fall into the law of the street and to save them from oblivion their friends and relatives draw huge portraits of them on the walls of the neighborhood. It is a posthumous tribute to their bravery, their way of remembering them as local heroes.
This play plunges into a forgotten world, where letter carriers are often not even allowed to enter. It is a world that goes beyond poverty. Vast ghettos in the farthest corners of Santiago where the State has managed for years to get rid of what it would rather not see. What investments should never see. What the rich should continue to ignore.
These photos are a personal puzzle about fragmented social representations. The look in these images reflects the beauty of a hostile and shocking world in the eyes of those looking from across the street.
A society within society that has its own codes and mechanics that are inconceivable to the rest of the world. Order within chaos where only the one who shouts the loudest can emerge, the one who hits the hardest or the one who shoots the fastest.
Gathering shadows Make a light...
The same time is so long. Of the same, same thing... Of that desert without trees around you. And that has had us under siege, century after century. That the thirst boils me during the day. And the thirst at night. One desert after another. Several continuous lives , without forests, without vegetation, no grass, no herbs. So much urban steppe color! So much far desert in the city! That bites you all the silhouette, without ceasing. At every step...
Dryness was tobacco. It was dry smoke, gas, marijuana, whatever. Something that was air to feed my lungs. More at night than during the day. More shadow than light. More of society than one's own. Or pure society that does not matter. The empty dryness, twisted in smoke. Bronchial smoke. Sting of life, at pure lung.
Why not, if everything is square cement , rectangular, hard, made of aristas and blades of knife? If when I go out step on cans, forgotten cigarette butts , Immortals plastics immortalizing the Street, useless food that did not revived anything, on my feet, smelly and disposable city solidified( aconchada ) at my feet ?
Why not, if light comes to me pale and petty through the curtains? If everybody’s sky loads itself of carbon monoxide and smog clouds? If the solitude surround me all the time as a straitjacket, even in the most intimate corner of my own home?
It is clear, as everything is in twilight that I do not know who to kiss. Here does not matter who. If you, or you. If he or she ,if he and she. The definitive is kissing. My Kiss, exclusively mine. Which accompanies me everywhere, hiccuping my own blood. Outputting my own body. Let me kiss you and pour on you my eroticism, as years of hungry water. But passionately: it is my only kiss. With it I socialize my single life. It has strength. It has rage. It has sense of domination. Feel it. Experience it. Enjoy it. I don't have another: love it...
But consider my eyes: burning with glitters. Even in embers. Or lava. I do not know well, but the look burns me from the inside, before leaving. I look at as a projectile in the shadows. Look at me well, and you'll know about me. Beware of my eyes...
I know that you don’t see me well. I know you can barely glimpse my foreshortenings. My light strokes fading in shadows. I think that you can barely take a guess on me. And you would believe that I am an appearance of some of your oldest nightmares. But I can’t even be a ghost. I know that I do not not scare you : delete me whenever you want. But beware : not as much as all that. It is what you would like, if you were rich, sharp and bright. But I exist. I am. And I am shadow with a silhouette, and therefore, almost like you. Whether you like it or not. Even more: although you do not believe it: I am young. I know play. I know dream, looking out the window, at the bottom of the darkness, just around the corner. Watch out!... Sometimes, the shadows have more power - over time – than the light. Take care of yourself !...
I carry my life as a tattoo. Or, perhaps, as a backpack. I have it on my back, so I can't (don't want to) read it. And I can, therefore, not understand it. If you can decipher it, let me know. I will try to learn from your lips. If you know how to read other’s lives... Sure, I know: only your own life. Only yours. And damn the rest. For this reason, I installed it on my back: I don't want to read it and understand it. I invite those who are interested to have fun with my journey: you will learn from me. But know that I am going forward, without looking back. I am walking blind, but determined till the end. And I don't care what they say: I know what I am stepping on .
And I know, for example, that flowers accompany me. They are on the table, in front of my eyes, here or there. For where I go, in full shade, it blooms the impossible.That’s how I am . That’s how marginals are, we draw life from nothing, as magicians... Rabbit to rabbit.
In any case, pay attention well: we are many. More than Governments can imagine. More than 'Special Forces' would want to live in peace. Many more . In fact, we are more than 'them'. So, hold on to the end (of yourself).
And we are not only a lot more... than them. We not only cram the shadows of the city till burst them. We not only spread ourselves by passages of the population and the route of the hooligans ( barras bravas ) and corners of the masked and on the glassy walls of the bourgeoisie... We are also more than the shadow. Because, in the chiaroscuro, we are shadow, but also light...
With the smog to the neck... of the lungs. With a joint choking the soul and the future... But if you want to make a true complaint about us, a real testimony against the hell... do not forget our light! Because, ‘one of this days’, we will throw up light. By mouth, by the brain, eyes, by fists, through every pore of our existence. We will be a parade of Thunder and lightning marching around the city...
Because, at the bottom of the shade is forge, more steely, the light of truth...
Gabriel Salazar (National History Prize) Santiago, Chile.
La cordillera, el mar, los desiertos, los volcanes, los bosques y los fiordos. Las pipas de pasta, los besos con lengua, las canchas de tierra, las pandillas, las armas y los perros muertos. Paisajes de Chile.
The mountains, the sea, the deserts, the volcanoes, the forest and fjords. The pipes with drugs, the kisses with tongue, the soccer fields built on bare ground, the gangs, the weapons and the dead dogs. Landscapes of Chile.