Public Project
Txeng-Txeng
Texto y fotografías de Nicolás Amaro
Esta exposición surge de constantes encuentros con miembros de las comunidades mapuche Lafkenche de la comuna de Toltén, región de la Araucanía, que tuvieron lugar durante el 2020. En el contexto de la crisis sanitaria, la forma en que este fenómeno fue comprendido en este territorio en particular, arrojó luces sobre otras maneras de relacionarse con la naturaleza desde la experiencia Lafkenche. Durante los diálogos sostenidos en los distintos encuentros, y en el intento de entender la situación de pandemia, se presentaron algunas de estas fotos a miembros de las comunidades, utilizándose como superficies de lectura proyectiva, abriendo conversaciones desde los elementos visuales. La incertidumbre generalizada contrastaba con el conocimiento local que había advertido de forma anticipada la venida de la eventual crisis, como lo fueron el florecimiento de la quila (Chusquea sp.) y el eclipse solar.
La pandemia muestra un descuido en la relación con la naturaleza, explica Don Alfredo Caniullán, lonko del Ayllarewe, autoridad tradicional del territorio. Los cortes de los cursos de agua, el deterioro de centros ceremoniales o de fuentes de medicina, representan una quiebre en esta fundamental relación de interdependencia. Don Alfredo cuenta que los antiguos, a quienes él ha sabido escuchar con atención, tenían otro tipo de relación, donde ellos eran capaces de escuchar la naturaleza, y además la naturaleza también los escuchaba a ellos, en una reciprocidad fluida. Don Luis Millaqueo, ñiempín del Ayllarewe (maestro ceremonial) y educador tradicional de la Escuela de Puralaco, cuenta que el nombre Toltén proviene de Txeng- Txeng, que refiere al sonido específico del correr del agua de ese río. Desde ahí que la relación con este importante cauce del territorio comienza desde su escucha.
La presencia de la onomatopeya en el Mapudungun podría dar cuenta de un énfasis en la escucha como un acercamiento lateral, “de oídas” hacia nuestro entorno, como propuesta alternativa al acercamiento de frente que nos ofrece la vista, y que trae consigo lo evidente. Esta manera propia de la escucha nos ofrece la posibilidad de de estrechar este distanciamiento entre lo humano y lo no humano, volviendo la mirada hacia la reciprocidad que Don Alfredo rescata de su experiencia, ante la necesidad cada día más patente de mirar la naturaleza desde otro lugar.
Agradezco profundamente a todos quienes colaboraron con esta investigación, partiendo por quienes me acogieron llenos de confianza y ternura, Evelyn Huayquilén y sus padres Sra. Fresia y Don Bene, la señora Nelly, Calfín y su familia, Don Luis Millaqueo y su familia, Don Alfredo Caniuyán y su familia, Mauricio Pamgui Silva y su familia, de río Cruces; mi familia incondicional, el apoyo de Fundación Albatros en gestiones y reflexiones; a Don Juan Ñanculef, kimche de Padre las Casas, cuya iluminación de conceptos ha sido fundamental, Carolina Castro Jorquera desde su práctica y a National Geographic Society por su valioso apoyo a través del Covid Emergency Funding for Journalists.
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