Perú fue considerado el país con mayor tasa de mortalidad a causa del covid-19. Más allá de ser una cifra preocupante, los contagios siguen aumentando en territorio nacional y la incertidumbre crece. Debido a esto, algunas empresas que brindan servicios funerarios han encontrado oportunidad para ampliar su oferta, con diversas modalidades de entierros de acuerdo a la situación económica de los deudos.
En la zona de Los Ficus, que abarca 60 hectáreas, se encuentra el cementerio Nueva Esperanza en Villa María del Triunfo, uno de los lugares que contrasta el alza de precios de los crematorios y nichos. Aquí, se ofrecen fosas cavadas a mano para quienes no pudieron vencer la enfermedad. La hostilidad del terreno y empinadura de sus cerros, no son un impedimento para que los familiares movilicen los féretros de sus seres queridos hasta su sepultura.
El lunes 31 de mayo de 2021, las autoridades del Estado peruano informaron que fallecieron 180,764 personas producto de coronavirus, lo cual es 2,5 veces más que la cifra que se registraba de 70,000, ubicando al país con la tasa de mortalidad per cápita más alta del mundo en la pandemia. El número de muertes ha reflejado la magnitud de las peores crisis sanitarias, económicas y sociales de la historia republicana.
Los albañiles de la zona se tuvieron que reinventar para ofrecer sus servicios de excavación de fosas para sepultar a los fallecidos por covid-19 durante la pandemia, el costo de cada una era de S/170.
'No tengo miedo, Jesús no temía cuando tocaba a los enfermos'
Victor Salazar (48) oriundo de Cajamarca, es empleado de limpieza en una empresa constructora y desde la llegada de la pandemia realiza su segunda labor como clérigo en el cementerio de Nueva Esperanza.
Para él la llegada del virus no es una casualidad sino que está escrita en un versículo de la biblia (Apocalipsis 15:1): “Vi en el cielo otra señal, grande y admirable: siete ángeles que tenían las siete plagas, porque en ellas se ha consumado la ira de Dios”. La fidelidad por el catolicismo ha sido su fortaleza espiritual para afrontar la crisis y compartir una oración a otras personas que sufrieron la pérdida de un ser querido.