La primavera, no ha llegado acá aun, aunque es abril, sigue el frio, estoy en Pripiat, Ucrania, otro Masterclass con Antonin Kratochvil. Decidí volver, para ver lo que es la Semana Santa en la Iglesia de Pripiat, que se abrió de nuevo. Sábado Santo, temprano en la noche, llegamos a Pripiat, hay control de pasaporte y ver permisos. El reloj de pulsera me dice que la temperatura está en 6 grados centígrados., tal vez menos pues al estar pegado a mi cuerpo, y bajo, ropa interior, sweaters y un rompe viento…
La iluminación es cálida por los bombillos, con lo cual gran iconografía de esta iglesia se ilumina y brilla, principalmente en techo.
Además, hay muchas velas delgadas y amarillentas que las personas prenden. Me pregunto: ¿si es por un ser querido que falleció cuando la explosión del reactor IV en la planta Vladimir Lenin el 26 de abril de 1986? O ¿Un deseo de un país mejor, y tal vez volver a vivir acá en su tierra?
Mi percepción por el viaje anterior acá durante él otoñó de el 2009, es que son personas muy atadas a la tierra, muy hospitalario y cansados de régimen políticos e invasores a su tierra; hartos del fracaso de la URSS, los cuales mintieron desde que la planta exploto y volverían hasta ciudad de unos 40 mil habitantes, construida para el personal de la planta.
Hago fotos de un tanque de agua bendita, retratos de señoras prendiendo velas, otros orando, detalles. Muy solemne todo. En la madrugada, todos salen afuera al terminar la misa, se alinean, ponen alimentos en la tierra, todos ha ayunado y esperan la bendición del sacerdote.
Un asistente lleva una cubeta de aluminio llena de agua bendita, en un gesto rápido introduce una brocha y la esparce, en la comida de los feligreses alineados a su derecha. Se da gracias, abrazos, se come, pronto saldrá el sol.