Public Project
Around the Cloverleaf
My mother's family had a farm in Cuba, a place where she felt most at home, surrounded by animals, the open space, and the life of the land. Her love for animals — captured in the faded photos of her riding horses at rodeos, and in the fringe jacket I still hold dear — became a symbol of the connection I lost when she died. In these fragments of her life, I see both a sense of freedom and a simplicity that had since become complicated by the years of cultural displacement, an abusive husband and a relentless illness.
The barrel riders at the Bergeron Rodeo in Davie, Florida, have become a source of solace and clarity in my ongoing search for connection to the past. There, amid the dust and the thundering hooves, I find echoes of my mother’s spirit, and a glimpse of the world she inhabited before everything became tangled. This space, in its rawness, is a place where I can step into my mother's shoes, if only for a moment, and feel that closeness to her — a closeness that eludes me elsewhere. The rodeo, in its chaotic beauty, becomes a bridge between the life she left behind and the life I am still learning to embrace.
In exploring this part of my mother’s world, I seek to understand the woman who shaped me, even as I strive to make sense of the parts of myself that diverged from the life she envisioned. My art reflects this journey — a journey that is as much about remembering and honoring my heritage as it is about carving out my own identity in a place where the two worlds do not always align.
Through my work, I explore the tension between tradition and self-discovery, loss and continuity, and the complexities of being both Cuban and queer in a world that often wants to reduce us to simple narratives. In these contradictions, I find my voice, and through these contradictions, I find my mother.
Como cubana americana de primera generación que perdió a su madre de jovencita, he pasado una gran parte de mi vida navegando por la intrincada red de identidad, pertenencia, memoria y pérdida. Mi camino ha estado marcado por el desafío de reconciliar el legado de mi herencia con la realidad de ser gay en una familia y una cultura donde estas dos partes de mí a menudo sentía que estaban en conflicto. El fallecimiento de mi madre me dejó con fragmentos de un mundo que no comprendía del todo, un mundo arraigado en Cuba, la tierra que ella amaba. Sin embargo, es precisamente a través de esta fragmentación que comienza a surgir mi inspiración.
La familia de mi madre tenía una granja en Cuba, un lugar donde se sentía como en casa, rodeada de animales, del espacio abierto y de la vida del campo. Su amor por los animales —capturado en las fotos desteñidas de ella montando a caballo en rodeos y en la chaqueta de flecos que aún conservo con cariño— se convirtió en un símbolo de la conexión que perdí con su muerte. En estos fragmentos de su vida, veo una sensación de libertad y una sencillez que se había complicado con los años de desplazamiento cultural, un esposo abusivo y una enfermedad implacable.
Los jinetes de barriles del Rodeo Bergeron en Davie, Florida, se han convertido en una fuente de consuelo y claridad en mi búsqueda constante de conexión con el pasado. Allí, entre el polvo y el estruendo de los cascos, encuentro ecos del espíritu de mi madre y una mirada al mundo que habitaba antes de que todo se enredara. Este espacio, en su crudeza, es un lugar donde puedo ponerme en el lugar de mi madre, aunque sea por un instante, y sentir esa cercanía con ella, una cercanía que se me escapa en otros lugares. El rodeo, en su belleza caótica se convierte en un puente entre la vida que ella dejó atrás y la vida que aún estoy aprendiendo a aceptar.
Al explorar esta parte del mundo de mi madre, busco comprender a la mujer que me formó, al mismo tiempo que me esfuerzo por comprender las partes de mí que se alegaron de la vida que ella imaginó. Mi arte refleja este camino: un recorrido que trata tanto de recordar y honrar mi herencia como de forjar mi propia identidad en un lugar donde ambos mundos no siempre coinciden.
A través de mi obra, exploro la tensión entre tradición y autodescubrimiento, pérdida y continuidad, y las complejidades de ser cubana y gay en un mundo que a menudo nos reduce a narrativas simplistas. En estas contradicciones, encuentro mi voz, y a través de ellas, encuentro a mi madre.
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