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Estar/No Estar
“Sembrado para comer es sagrado sustento del hombre que fue hecho da maíz. Sembrado por negocio es hambre del hombre que fue hecho de maíz.”- Miguel Ángel Asturias, Hombres de maíz
Los retratos por tradición siempre han sido una manera de preservar la imagen a través del tiempo, la imperiosa necesidad de dejar huella de lo que fue nuestra forma física. Fue durante la época renacentista, particularmente entre los siglos XV y XVI, que el retrato se convirtió no solo en una manera de perdurar en la memoria, sino que se transformó en el lenguaje por excelencia de ciertos aspectos sociales como la riqueza y la preponderancia dentro de la escala social.
Son incontables las imágenes de monarcas que posan ataviados con pomposas vestiduras pero, sobre todo, adornados con resplandecientes joyas y/o piedras preciosas. El oro, símbolo por excelencia de la ostentación del poder, el material del que se componen collares, alhajas, pero sobre todo coronas, ese elemento que describe a la perfección la superioridad en la escala social. En este caso, son imponentes tocados de tusas de maíz o coronas de madera hechizas que adornan las imágenes de reinas con los ojos cerrados o reyes tapando su rostro en lugar de posar victoriosos y soberbios. Efigies que transmiten la fragilidad de un personaje anónimo, minimizado, avergonzado, que esconde su rostro de los resultados de años de vulgar jactación de superioridad. Aquellos que han sido ninguneados por la historia son los espectadores que hoy miran juzgantes a quienes la han dictado; todos aquellos que se sintieron superiores por resplandecer con riqueza arrebatada esta vez sienten el peso de la fuerza simbólica de un material, el maíz, y lo que representa como sustento y oro verdadero de las culturas mesoamericanas.
Esta colección de retratos de Jorge Chavarría deconstruye estos símbolos tradicionales de mando dotándolos de una narrativa alterna a la historia tradicional, una más adecuada a una realidad en donde no existen idolatrías a los vencedores sino una alegoría a los vencidos. Esto es una galería de retratos en donde la superioridad moral deja de existir con cuerpos desnudos adornados con insignias propias de la gente, la misma que nunca necesito el oro o las piedras preciosas para existir. Sumado a esto, la vista se centra en las alternancias del poder a través de la historia y también como estas son entendidas según el relato sobre quién manda a quién… ¿es una burla a quien ostenta el poder o es una resignificación y redistribución de este por medio de la simbología de la imagen?
Andrés Cordón
Guatemala, septiembre 2024
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