Public Project
Dies d'incerteses
You go out on the street after a few days of confinement and you don't know or understand why you want to go home and not see or feel. There are no people, the air is breathable, as you have often dreamed, but it is heavy, the silence becomes uncertainty.
Days go by and you realize that many things had gone unnoticed. Nature and our fragility are stronger than we think. The city belongs more to those who live on the streets than to those of us who live in the comfort of our homes. In spite of everything, we take care of ourselves and love each other. Power is a lot of power and fear is a lot of fear.
We are getting closer to the new normality that can allow us to change and rationalize our lives, but sometimes it scares more than the virus.
Llega la pandemia, aquel virus lejano ya está con nosotros, la ciudad se vacía, pero la vida continua.
Sales a la calle después de unos días confinado y no sabes ni entiendes por qué quieres volver a casa para no ver ni sentir. No hay gente, el aire es respirable, como muchas veces habías soñado, pero pesa, el silencio se vuelve incertidumbre.
Van pasando los días y te das cuenta que muchas cosas habían pasado desapercibidas. La naturaleza y nuestra fragilidad son más fuertes de lo que creemos. La ciudad pertenece más a los que viven en las calles que a los que la habitamos desde la comodidad de las casas. A pesar de todo, nos cuidamos y queremos. El poder es mucho poder y el miedo es mucho miedo.
Poco a poco nos acercamos a la nueva normalidad que puede permitirnos cambiar y racionalizar nuestras vidas, pero a veces espanta más que el virus.
Sales a la calle después de unos días confinado y no sabes ni entiendes por qué quieres volver a casa para no ver ni sentir. No hay gente, el aire es respirable, como muchas veces habías soñado, pero pesa, el silencio se vuelve incertidumbre.
Van pasando los días y te das cuenta que muchas cosas habían pasado desapercibidas. La naturaleza y nuestra fragilidad son más fuertes de lo que creemos. La ciudad pertenece más a los que viven en las calles que a los que la habitamos desde la comodidad de las casas. A pesar de todo, nos cuidamos y queremos. El poder es mucho poder y el miedo es mucho miedo.
Poco a poco nos acercamos a la nueva normalidad que puede permitirnos cambiar y racionalizar nuestras vidas, pero a veces espanta más que el virus.
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