Isla del Sol is located on the Bolivian shore of Lake Titicaca, at 3,800m altitude. Ancient sacred place, the legends say that the sun was formed in its sacred rock, from which Manco Capac and Mamma Occlio (Adam and Eve) came out to found the city of Cusco and the Inca Empire. Today it is inhabited by three Aymara communities.
Two hours by boat from the nearest city, it has remained relatively isolated for a long time until the entry of tourism and motor boats not many years ago.
The island maintains ancestral rites, llamas sacrifices and night ceremonies high up in the mountains. They live in harmony with the land, cultivating, grazing and fishing in the lake that gives them life. They make offerings to the Pachamama all the time: when they drink, when they kill animals or in ceremonies, using the coca leaves.
It is a magical place: eagles predict the destiny of people and approximately every hundred years a woman capable of becoming fire and flying is born. There is gold that appears and disappears predicting the death of the one who finds it; souls attacking at night; underground roads that reach Cusco below the lake, turning the person who crosses them into an elder; ancient men who used to inhabit the island before the sun formation cultivating in secret and appearing at night in certain places of the island; there is a city sunk in the lake from which people take figures of gold and ceramics that they exhibit in the small local museum. Some even say that the Island is Noah’s Ark and that the lake was formed with the Universal Flood.
I went there for the first time in 2006 and since then I have returned seven times more. First, I was attracted by the landscape and the calm that is breathed there, but then I started to see that the Island is much more, a way of understanding the world that surrounds them completely different from the Western one, with other values and other priorities that make this place a very special place.
La Isla del Sol se encuentra a orillas del lago Titicaca a 3800m de altitud. Antiguo lugar sagrado, las leyendas dicen que el sol se formó en su roca sagrada y de la misma salieron Manco Capac y Mamma Occlio (Adan y Eva) para fundar la ciudad de Cusco y el Imperio Inca. Hoy en día está habitada por tres comunidades aymaras.
A dos horas en barco de la ciudad más cercana se ha mantenido relativamente aislada durante mucho tiempo, hasta la entrada del turismo y las lanchas a motor no hace muchos años.
La isla mantiene ritos ancestrales, sacrificios de llamas o ceremonias nocturnas en lo alto de las montañas. Viven en armonía con la tierra, cultivan, pastan y pescan, el lago les da vida. Hacen ofrendas a la Pachamama todo el tiempo, cuando beben, cuando matan animales o en ceremonias con las hojas de coca.
Es un lugar mágico, las águilas predicen el destino de las personas, aproximadamente cada cien años nace una mujer capaz de convertirse en fuego y volar, oro que aparece y desaparece prediciendo la muerte del que lo encuentra, almas que atacan por la noche, caminos subterráneos que llegan a Cusco por debajo del lago convirtiendo en anciano a quien los cruza, hombres antiguos, habitaron la isla antes de la formación del sol, que cultivan a escondidas y aparecen por la noche en ciertos lugares de la isla, una ciudad hundida en el lago de la que sacan figuras de oro y cerámica que exponen en el pequeño museo local e incluso algunos dicen que la Isla es el Arca de Noé y que el lago se formó a raíz del Diluvio Universal.
Estuve por primera vez en 2006 y desde entonces he vuelto siete veces más, primero atraído por el paisaje y la calma que allí se respira, después empecé a ver que la Isla es mucho más, una manera de entender el mundo que les rodea completamente diferente a la occidental, otros valores, otras prioridades hacen de este lugar un sitio muy especial.